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Beneficios de la asertividad: aprende a decir “no” sin sentirte culpable

Probablemente alguna vez has escuchado este término y no sabes exactamente a qué se refieren cuando te dicen “sé asertivo” o “no eres nada asertivo”. Y es que no es una palabra que comúnmente escuchemos, pero hacemos uso de su significado cuando decimos “sé un poco más cálido”, “ten tacto para decir las cosas”, “no seas tan duro”, etc. Sin embargo, es muy importante que conozcas su significado y su utilidad, pues te sorprenderás de la gran variedad de situaciones en las que el simple hecho de ser asertivo se reflejará en reducción del estrés, disminución de preocupaciones y en la mejora de tu calidad de vida.

Un poco de historia.

Andrew Salter es considerado como el fundador de entrenamiento en asertividad, aunque él no utilizó el término como tal. En la década de los 40s, descubrió y definió la asertividad como un rasgo de la personalidad y creía que algunas personas tenían asertividad y otras no. También consideró que la asertividad tiene que ver con el grado de madurez de cada individuo y quienes tienen una autoestima alta tienden a desarrollar un mayor nivel de asertividad.

Sin embargo, fue hasta 1958 que Joseph Wolpe y Richard Lazarus la definieron como “la expresión de los derechos y sentimientos personales”. Para comprenderlo mejor, pensemos en la asertividad como:

“La habilidad de expresar nuestros propios deseos de una manera amable, franca, abierta y directa, logrando decir lo que queremos sin faltarle el respeto a los demás.”

TRES TIPOS DE RESPUESTAS.

La forma en que respondemos ante las diferentes situaciones que nos toca vivir, refleja claramente qué tan asertivos somos. Lee los siguientes tipos de respuesta e identifica en qué grupo te encuentras tú.

  • Respuesta pasiva. Son personas que no defienden sus intereses, no expresan sus sentimientos verdaderos, no sienten que tienen los mismos derechos que los demás y no expresan desacuerdos. Este estilo tiene como ventaja que no suelen recibir rechazo directo por parte de los demás, pero tiene la desventaja de que los demás se van a aprovechar. Las personas que se comportan de manera pasiva suelen experimentar sentimientos de indefensión, resentimiento e irritación.
  • Respuesta agresiva. Son personas que no suelen tomar en cuenta los sentimientos de los demás. Su respuesta está determinada por el cumplimento de su meta u objetivo, es decir, son capaces de acusar, pelear, amenazar, agredir e insultar a aquellos que -desde su perspectiva- representen un obstáculo o una amenaza para cumplir su objetivo. Suelen reaccionar de esa forma ante cualquier tema, por ejemplo, al defender su punto de vista ante una discusión, tienden a amenazar, exhibir o intimidar al otro. Presentan la ventaja de que “nadie” los pisa y la desventaja de que el resto de las personas prefiere alejarse de ellos.
  • Respuesta asertiva. Consiguen sus objetivos sin dañar a los demás. Se respetan a ellos mismos pero también a los que les rodean. Actúan y dicen lo que piensan, en el momento y lugar adecuados, con franqueza y sinceridad. Tienen autenticidad en los actos que realizan, están seguros de sus creencias y tienen la capacidad de decidir.

¿CÓMO PUEDES SER ASERTIVO?

  • Expresa tus sentimientos y necesidades de forma clara.
  • Permítete decir “no”.
  • Negocia.
  • Sé flexible.
  • Acepta los derechos y opiniones del otro.
  • Habla en primera persona y de forma incluyente: “yo pienso” ,”yo siento”, “¿qué te parece si…?”.
  • Haz contacto visual al hablar.
  • Emplea un tono de voz firme y claro.
  • Utiliza pausas en tu conversación.
  • No generalices, por ejemplo al excederte en el uso de las palabras “nunca” y “siempre”. Ejemplo: “tú nunca haces…”, “tú siempre eres…”.

¿PARA QUÉ ME SIRVE?

  • Refuerza la confianza en el momento de expresarnos.
  • Ayuda a mantener y/o crear relaciones saludables.
  • Nos hacemos respetar y por consecuencia respetamos a los demás.
  • Favorece el logro de objetivos.
  • Reduce los niveles de estrés.
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Ayuda a mejorar la productividad.
  • Adquirimos una autoimagen positiva.

Siendo asertivos obtenemos herramientas emocionales sólidas que nos permiten afrontar las situaciones que se nos presentan, por más difíciles que sean, de una manera distinta y con un amplio panorama de soluciones. Tal vez no podemos evitar que una situación fuerte o impactante nos duela, sin embargo si ponemos en práctica nuestra asertividad podemos enfrentarnos a situaciones difíciles desde otra postura.

Para trabajar a fondo el tema de la asertividad, es útil apoyarse en un tratamiento psicológico, pues necesitarás dedicarle tiempo a esto y ponerlo en práctica todos los días.

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